PUNTOS CARDINALES:
OESTE. Aquí nadie apagará nada, sino todo lo contrario.
NORTE. La temática y desarrollo de este blog dependerá única y exclusivamente de la fuerza y dirección del viento.
ESTE. El caprichoso autor se reserva el derecho de inventar un quinto, sexto y sucesivos puntos cuando le apetezca.
SUR. El lector dará a conocer este blog en sus círculos de amigos. Si tiene cuadrados de enemigos, que lo haga también allí.

domingo, 15 de abril de 2012

Baltimore


-Pero este envío es a Estados Unidos.
-Sí.
-Ese impreso no sirve entonces. No se preocupe, ahora le doy yo mismo el que tiene que rellenar. Y además tiene que cumplimentar un papel para la aduana.

Remitente. Destinatario. Más de lo mismo. Teléfono de contacto. Descripción detallada del contenido. ¿Pero qué coño? Aquí acaba la intimidad. Tres monas. Ahora lo sabrá el funcionario de correos, los que esperan en la cola, y todo el puto mundo de aquí a Baltimore. Con huevo además. Hay que romperlo en la cabeza de alguien, tradicion absurda. Si cuento eso no pasa la aduana. Tres pollos. En la panadería me preguntaron: ¿con pollo o sin pollo?; y dije: con pollo, con pollo. Me hicieron gracia los pollos, y ahora caigo en que están ahí por el huevo. Descripción detallada del contenido. A ver cómo te explicas para que lo entienda el tipo de la aduana, posiblemente un imbécil paranoico. "Abra usted el paquete y pruebe una", debería escribir. Han metido hamburguesas mediocres en cada puñetero país, ninguna como las del Kuka's II. Yo sólo quiero enviarle tres monas a Maite. Cantidad: "3". Descripción detallada del contenido: "Monas (a kind of cake)". Quizá debería haber puesto "Elefantes amarillos (whatever you can imagine)". Si el señor de la aduana deja entrar esto en su país, abrirá sus fronteras a lo desconocido.

-Creo que ya está. Pregunta también por el peso, pero no tengo ni idea.
-Eso ahora lo pongo yo. ¿Envío normal o exprés?
-¿Qué diferencia hay?
-El exprés es más caro y el normal más barato. Normal veintiuno y exprés cincuenta y siete.
-No, no: que cuánto tarda cada uno.
-El normal puede tardar hasta quince días.
-Hostias, no. ¿Y el exprés?
-Pues... espera que lo mire bien. Sí: de tres a cinco días, si no hay problemas.
-Exprés. Envíemelo exprés, por favor.
-En... ton... ces... ex... prés. Por tres euros más puede usted asegurar el envío. ¿Quiere asegurarlo?
-¿Cómo que asegurarlo? ¿Para qué?
-Si se pierde o si se estropea, le abonan una cantidad por el valor del objeto enviado.
-Pero yo lo que quiero es que llegue; su único valor consiste en que llegue. Además, si lee usted la "descripción detallada del contenido", verá qué absurdo sería asegurarlo.
-Ya... sí. Pues firme aquí. Cincuenta y siete con treinta, por favor.
-¿Todo correcto entonces?
-Todo correcto.

La bollería más cara que he comprado. Desde la panadería La Magdalena, de Torrellano, a Baltimore. "Alea jacta est", le dije a Maite, "Ya van en camino. A ver si comes mona el lunes. Aunque llegarán duras y desmigajadas, si es que llegan". "Si llegan me las comeré, aunque estén duras y desmigajadas", contestó ella.

Cuando abra el paquete, si es que llega, los recuerdos se le abrirán de par en par. Después hablarán Marcel Proust, las magdalenas, el tiempo; y quizá, sólo quizá, a la memoria de Maite venga una descripción detallada de su contenido. Aunque tal vez me equivoque, y todo acabe reduciéndose a terner que explicarle a un John o a una Sophie por qué demonios les ha reventado un huevo duro en la cabeza.


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